Hacerse cargo de un cachorro es una experiencia divertida, no obstante va acompañada de mucho trabajo y a veces puede llegar a ser bastante estresante. Con los siguientes consejos esta tarea debería resultarte mucho más sencilla.
Los cachorros muestran muchos comportamientos que no son queridos, aunque no sean necesariamente malos. Te llenan las manos de babas, y muerden todo lo que pillan, ropa, trastos, y cualquier cosa, saltan por todas partes y es imposible que se estén quietos. Si viéramos este comportamiento en un perro adulto sería algo inaceptable, pero un cachorro está lleno de energía y curiosidad por todo lo que le rodea. Del mismo modo que aceptamos ciertos comportamientos de nuestros bebés que serían inaceptables para una persona de 20 años, tenemos que ser conscientes de que hay que aceptar algunos de los rasgos del comportamiento de los cachorros durante el proceso de su educación o adiestramiento.
¿Qué hacer cuando nuestro cachorro muestra comportamientos no deseados?
En primer lugar, no refuerces sin intención su comportamiento. El refuerzo no intencional puede ser mediante comunicación verbal por nuestra parte (normalmente los dueños gritan “Para”, “No”, etc). Como seres humanos, la comunicación verbal va ligada a nuestras reacciones, sin embargo en los perros es distinto. Cuando te excitas y alteras tu voz para el grito en el momento, es posible que tu cachorro lo reciba como un impulso que refuerza su comportamiento, ya que estás “añadiendo leña al fuego”, con el tono agudo de voz añades energía y excitación al cachorro que ya se encuentra en un estado excitado. La paz y tranquilidad siempre son la mejor medida. Empujar o apartar bruscamente cogiendo al cachorro del collar también puede ser interpretado como refuerzo positivo, debido a que le estás dando la atención que buscaba.
El entrenamiento de un perro se reduce a dos cosas: Impulsar los comportamientos que deseamos ver en él e ignorar y disuadir los comportamientos no deseados.
Si tu cachorro ladra, muerde los muebles y tiene comportamientos que no te gustan puedes resolverlos de distintas formas.
- Puedes ignorar su comportamiento: Si el cachorro se dedica a saltarte encima o ladrarte a la cara, puedes darle la espalda e ignorarlo. Si eliminas cualquier signo que pueda hacerle pensar que con ese comportamiento consigue lo que busca, tu cachorro aprenderá que dicho comportamiento no funciona y dejará de continuarlo.
- Puedes redirigir su atención: Los cachorros lo muerden todo, realmente les da igual el objeto. Si se dedica a morder zapatos, cordones, o muebles de la casa, proporciónale una alternativa aceptable. Si pones un juguete para perros que pueda morder desde el principio y le prestas un poco de atención, eventualmente aprenderá a no morder el resto de cosas de la casa.
Es importante que los juguetes se mantengan siempre como algo novedoso. Busca unos cuantos juguetes diferentes con los que le pueda gustar jugar. No le permitas al cachorro acceso libre a todos los juguetes a la vez. Ten los cuatro o cinco juguetes en rotación, para que si se cansa de uno pueda interesarle el siguiente. Por ejemplo, si empieza a morder los zapatos, trata de hacer el cambio por el juguete número 1, si no le interesa escóndelo y dale el número 2. En este momento el juguete número 1 pasa al final de la lista mientras tu cachorro se mantiene activo con el juguete número 2, ya que le parecerá algo nuevo y excitante debido al tiempo que hace que no lo ve. - Puedes retirar su atención: Si estás haciendo caricias a tu cachorro, empieza a excitarse demasiado y pasa a tomar malas decisiones (dando mordiscos, etc), simplemente deja de hacerle caricias, aparta las manos, levántate y vete andando. Una vez se haya calmado, puedes continuar con las caricias. Tenemos que ser conscientes de la energía que mostramos a nuestro cachorro. A veces es el dueño quien causa esos momentos de mucha excitación al cachorro. Tenemos que interactuar con calma. Demostrar que la tranquilidad es recompensada mientras que los niveles excesivos de energía no lo son. Eventualmente, tu cachorro aprenderá que siempre tendrá esas caricias a su disposición, pero si se pasa de la raya y toma malas decisiones, toda su diversión se acaba.
- Puedes enseñarle a tomar un comportamiento alternativo: Si tu cachorro muestra comportamientos no deseados, haz que su atención vaya a otra parte, por ejemplo con órdenes como “Sienta” o “Échate”. Es imperativo que la obediencia de tu cachorro sea entrenada para que sea capaz de responder correctamente a la orden que recibe. Si cada vez que tienes visita en casa tu cachorro va a saltarle encima, pide a tu cachorro que primero se “Siente” para recibir a la visita. Es físicamente imposible que un cachorro se siente y salte al mismo tiempo. Con este método, tu cachorro aprenderá que al estar sentado recibirá la atención que busca de la visita, mientras que saltar no le proporcionará nada. Al principio, mientras aprende el nuevo comportamiento, puedes tener a tu cachorro atado para ayudar a reforzar la orden de “Sienta” o “Échate” y que no pueda saltar por su propia cuenta.
- Puedes restringir su espacio temporalmente: El propósito de restringir la libertad del cachorro es para mantenerlo a salvo mientras previenes comportamientos no deseados. Algunas herramientas para esto pueden ser muros portátiles para bebés, cajas de cartón, o habitaciones “seguras” a prueba de cachorros.
Cuando estés cerca de tu cachorro, mantén una supervisión directa de su comportamiento, de esta forma podrás evitar que tome acciones no deseadas. Por supuesto, para prevenir que tu cachorro haga travesuras también es importante que mantengas fuera de su alcance cualquier elemento que pueda morder, llevarse, o consumir que no le corresponda.
Durante la etapa de cachorro, siempre que vayas a estar cerca de él y lo pienses tener a la vista, no es mala idea que esté atado a ti. Si lo tienes atado junto a ti, esto te facilitará la tarea de adiestrarlo para evitar ciertos comportamientos no deseados. Nunca lo dejes atando mientras sea un cachorro y no vayas a estar delante, ya que puede acostumbrarse a morder la cadena y llegar a provocarle problemas de salud a la larga.
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