El estudiante Harry Hulse del instituto «North Guilford» se llevó una agradable sorpresa el día de la foto del anuario, pues no sólo se fotografió él sino que los fotógrafos también pidieron una foto de su perro, Taffy.
A los quince años de edad, Harry es diabético y depende de la insulina, y confía en Taffy para que le avise de los cambios de azúcar en la sangre.
«Mi azúcar en la sangre es muy inestable,» Harry, utiliza una bomba de insulina para ayudar a regular sus niveles, explicó. «Él me avisa cuando eso sucede dándome pataditas en la pierna o rascándose en mí.»
Cuando Harry conoció a Taffy, llamado como la golosina azucarada para hacer una especie de metáfora sobra la diabetes de Harry, estaba preocupado acerca de cómo su vida cambiaría para siempre al tener un perro de servicio a su lado. Pero hoy en día, son mejores amigos – y Taffy ya ha salvado potencialmente la vida de Harry un par de veces.
Ya que que Taffy comenzó a ir con Harry a la escuela todos los días, es natural que el adorable y trabajador perrito se presentará también en el anuario.